domingo, 16 de agosto de 2009

Época de paz

No es que se acerca la primavera, ni tampoco llegaron los hippies a desparramar alegría, amor, paz y rock & roll. Aunque no estaría nada mal...
Pero bueno, habrán notado una epoca de quietud en Mi Vecino de Arriba y no sólo es influenciado por la época de finales y parciales y demases complejidades universitarias, creer o reventar, estamos realmente experimentando una época de paz.
Algunos dicen que antes de la tormenta viene la calma, pero prefiero mentirme y creer que no va a haber tormenta (aunque a decir verdad si bien nos beneficia en la supervivencia del día a día, una calma eterna nos quitaría bastante inspiración, casualmente necesaria para escribir este blog).
De todos modos no creemos que nuestros vecinos se hayan tornado entes civilizados de un día para otro, esto tiene una respuesta clara y para contarselas me voy a remontar a unas semanas atrás en el tiempo.
El primer hecho con el que estalló la hecatombe fue algunos domingos atrás...nuestros vecinos de arriba, supongo que ya lo mencionamos alguna vez, no saben leer. No sabemos si son seres analfabetos o solamente cortos de masa encefálica y no logran comprender las consignas:
Día Domingo de algún Junio o Julio de esos en los que uno amanece violado por el invierno. Desafortunadamente ESOS domingos son los más elegidos por nuestros vecinos para realizar sus tareas domésticas. Los muchachos decidieron un día de esos, armar un mueble, construir una habitación o transformarse en los carpinteros del barrio... A LA MAÑANA. Afortunadamente los escritores de este blog no nos despertamos, hubiera sido un verdadero problema. Asi fue que mientras los del octavo construían, mis padres estaban amaneciendo y dispuestos a leer el diario y tomar café.
Solamente estaban dispuestos a concretar el acto de desayuno, porque de más está decir que NO lo lograron. Golpes, martillazos y ruidos de agujereadoras mediante, acaeció que en aproximadamente 3 oportunidades subió el mio pappa a tocar el timbre para debatir sobre el ilícito (y quien crea que es legal martillar un domingo a la mañana merece ir derecho a la hoguera), a lo que usualmente, los vecinos NO respondieron el timbre.
Luego de los fallidos y un rato después, subió la mia mamma de la casa a tratar de conversar en tonos elevados de voz, pero he aquí la gota que rebalsó el vaso. Cual situación de jardín de infantes, de niños riñiendo y cayendo en la discusión de "voy a llamar a mi papá y te va a pegar, no, mejor a mi abuelo que tiene mas años y te va a pegar más fuerte", y después de un sonar del timbre, sale de la casa de los vecinos nada más y nada menos que el señor padre de la señora de la casa del octavo piso. El hombre ese no solo no vive ahí, sino que se tomó el atrevimiento de gritarle a mi mia mamma, que ella era una desubicada por tocarle el timbre tantas veces un día domingo y estar hablandole a los gritos. A lo que el mio pappa subió a colaborar en la discusión y hacerle entender al suyo pappa de la mujer de la casa de arriba, que uno debe de esperar un tono de voz elevado cuando uno toca periodicamente el timbre del vecino esperando un momento amenode conversación y no es atendido. Ninguna de las veces.
Gritos berrinches e intentos de explicarles a los vecinos de arriba que el domingo es el día en que Dios descansó, y que si por casualidad su religión no se los había contado, eso estaba anotado en el contrato de convivencia y llega todos los meses con las expensas, mio pappa ordenó a la mia mamma: "LLAMÁ A LA POLICÍA YA".
Los gritos se detuvieron y cada cual regresó a su casa, la policía vino, pero error mediante de mia mamma, no supimos qué pasó porque ella no les bajó a abrir para solucionar el conflicto las 2 familias y el personal de la ley.
Luego del incidente, no recuerdo cuántos días después, pero asumo que no fueron mas de los que podría contar con los dedos de mis 2 manos, hubo una reunión de consorcio. Los tópicos a discutir se referían a arreglos edilicios, asique el asistente, mio pappa, se acercó a la administradora que iría a comandar la batuta en la reunión y preguntó por una posible introducción de tópicos extras en la reunión, tal vez referidos a la convivencia entre vecinos. La administradora diose cuenta de qué piso era mi señor mio pappa y le dijo "no se preocupe, despues de la reunión nos juntamos con los del octavo piso y charlamos sobre los problemas". Claramente el enano del octavo piso había adelantadose y pedido un momento de conversación con la administradora, probablemente para intentar defender que el domingo se puede hacer ruido todo el día.
Finalizada la reunión, la administradora le explicó al macho alfa del hogar del 8º "A" sobre los beneficios de leer el código de convivencia, comprenderlo y aplicarlo. Mi mio pappa conforme de la situación no dijo nada, pero el gnomo de arriba se disculpó por las molestias ocasionadas y confesó "la noche del domingo no descansé, estaba muy angustiado por la situación que habíamos tenido, me sentía muy culpable y les pido perdon a vos y a tu familia".
Y eso fue basicamente lo que aconteció previo a la calma, tal vez sea que realmente comprendieron las normas edilicias; y no es que yo sea un ser humano maldito, pero en algún punto me alegré de que el vecino de arriba hubiera tenido dificultades nocturnas, para que sienta un poco del martirio que nos causa día a día.
Asique la conclusión de esto es que hay que llamar a la policía, o tener un vecino pelotudo como nosotros que se acongoje por habernos hecho pasar un mal momento.
La vecina de abajo.-

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