A escasos metros de distancia vertical se divisan las instalaciones del bunker de los vecinos de arriba. Durante esta semana se han realizado varias reuniones en las que convocaron a sus fuerzas aliadas a ese balconcito que da al aire y luz del edificio (y por lo tanto a nuestra ventana), ahora convertido en bunker, y se los escuchó delineando estrategias para hacernos la vida más miserable.Decidieron, por lo visto, realizar sesiones de canto, insultos a miembros menores de la familia, ritos religiosos y charlas femeninas sobre moda neo sefaradí. Cada workshop más irritante que el anterior.
Pero hoy, domingo, luego de acumular violencia toda la semana y de delinear nuestras propias estrategias, llegó el contraataque.
Esperamos a que se reunan todos en el bunker, habían por lo menos 15 de los de ellos. Tras cortinas cerradas monitoreamos toda la actividad partidaria mientras simulabamos los preparativos pre-almuerzo. Ellos no sospechaban nada.
Cuando estaban todos ya congregados hicimos sonar el nuevo disco de AC/DC a todo volumen.
La retirada fue desorganizada, se los vió atropellandose unos a los otros como intentando evitar llenar sus oidos de esta música satánica. Desde entonces el bunker se mantiene despejado y nosotros atentos a cualquier actividad.
Los saluda desde tierra de guerra
El vecino de abajo
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