Ayer por la tarde tuvimos una esperanza, tras una tarde de juegos en familia en el 8vo piso un ruido terrible fue una señal sospechosa de que el idilio llegaba, una utopia a punto de cumplirse. Luego de correr como es frecuente se oyó un temblor similar al de una cabeza de niño rebotando contra el suelo (o sea mi techo); y aunque lejos de querer desearle el mal a alguien tuvimos un leve momento de alegría, las opciones fueron diversas:
- La dolorosa muerte de uno de los integrantes niños de la casa de arriba.
- El estallido mortal de la cabeza de la loca madre contra el suelo.
- Un golpe causante de un cese de actividades deportivas.
- etc.
Y bueno, sin desearle el mal a nadie, la falsa ilusión de que ese golpe sería el causante de una buena lección y enseñanza sobre que "no hay que correr en casa porque puede ser peligroso" fue desmoronada hoy.
Los vecinos han retomado sus actividades deportivas en su vivienda pero me temo que esta vez apostaron a algo grande: tengo la leve sospecha, y basándome solo en los sonidos que percibo, de que inauguraron una pista de polo donde organizan carreras de alta velocidad.
Asique creo que no queda otra opción mas que bancarsela y...
A hacer sus apuestas!!!
La vecina de abajo.
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