Hoy un grupo de albañiles decidió venir a trabajar desde bien tempranito al edificio. Nos despertamos al son de los martillos y agujereadoras. Alrmozamos con el resonar de las tuberias retorciendose bajo sus pinzas y sudamos con el calor de sus soldadoras.
Hoy fue un dia de mucho ruido en el vecindario y no tengo mas que decirles que una cosa:GRACIAS! Ni se escuchó a los enfermitos de arriba. Vuelvan cuando quieran
El vecino de abajo
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