Tómese la pastilla azul, no me haga enojar o de nuevo lo atamos. La vida del último año ha sido un poco dificil dadas las restricciónes que nos han puesto aqui con los chalecos blancos. Si bien son abrigados, en verano se vuelven un poco incómodos y no nos permiten tipear.
Un año atras comenzamos a tener las pesadillas mas nefastas con la loca de arriba, cada día se tornaban más terribles y pronto empezaron las alucinaciones cuando estabamos despiertos. Según el reporte médico la fuente de estas trampas mentales era "la exposición prolongada a situaciones estresantes", es decir: los vecinos de arriba.
Al principio fue un poco duro aceptarlo, pero por el bien de nuestra familia y el de nuestros seres queridos tuvimos que ceder. Fuimos internados en una cálida instalación psiquiatrica donde recibimos el mejor de los tratos a excepción por, como ellos le llaman "las caricias con electricidad".
Después de un tiempo prudencial Nancy la enfermera comenzó a ver nuestro progreso y nos permitió salir al patio. Nunca creí que los médicos podían escandalizarse tanto por ver una persona masticando una paloma, ¿no es algo normal? pareciera ser que no. Cuando logramos superar la etapa de los incesantes gritos que rezaban frases como "stuuuupidoooo", "sos malaaaaa" los doctores decidieron que tal vez era una buena terapia volver al blog.
Y acá estamos, escribiendo en una computadora toda alcochonada, con las puntas de las teclas limadas y acceso a internet limitado. De todos modos nos encontramos bien, y muy contentos de poder compartir nuestras historias con ustedes.
Terapeuticamente los saludan
Los Vecinos de Abajo
P.D.: Ojalá que cuando volvamos a casa la vecina esté muerta con las tripas salidas por todos lados acuchillada por sus hijos y nos podamos tomar su sangre :-)
esa foto me inspira demasiado, de donde la sacaste?
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