domingo, 10 de enero de 2010

Un milagro divino

Ha pasado un tiempo desde la última actualización de este blog, ha sido un período de conflicto, como es usual, pero que no ha sido contado debido a que nosotros, los vecinos de abajo, somos seres humanos decentes y tenemos obligaciones, estudio, trabajo y esas cosas que la gente normal hace, y nuestros vecinos de arriba, al no cumplir tal condición humana, no hacen y desconocen.
Hoy vengo feliz a compartir con ustedes los lectores, una alegría, aunque sea solo una ilusión, tras la inminente probabilidad de que un milagro esté ocurriendo, de que los deseos de un próspero año nuevo se cumplan.
Llegando hoy a mi casa, divisé un camión de mudanza casi perfectamente situado en la puerta de mi edificio. Lo primero que pensé fue "ojalá se mude alguno de los hijos de p*ta molestos de mi edificio". Cualquiera de ellos que se mudara sería una bendición (salvo las familias orientales, esos son unos divinos, me caen barbaro y no joden a nadie).
Accediendo al edificio, y despues de reflexionar sobre el hecho de que en este país está prohibido hacer mudanzas los días Domingos como hoy, ya que el Domingo se descansa y no se admiten ruidos, camino hacia el ascensor y veo la puerta de acceso a las bauleras abierta.
Asocié el camión de mudanza con el movimiento en la baulera, y asi como de sopetón escucho gritos aniñados provenientes del temeroso sitio de bauleras, y veo a 2 pigmeos niños habitantes del nefasto piso de arriba mio.

La asociación fue instantánea:
Mudanza en un día en que está prohibido + Mis vecinos de arriba = Alta probabilidad de milagro.

Ojalá no haya sido solo un espejismo provocado por el clima de desierto que se respira hoy en la city porteña.
Ojalá por una vez en la vida se haga justicia y estos vecinos se vayan a molestar a otro vecino de abajo, o mejor, ojalá se muden a un primer piso asi no joden mas a nadie.

Saludos, La vecina de abajo.

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